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“Ser moderno es como ser elegante: no es sólo la forma en la que vistes, sino la forma como eres. Ser moderno no está limitado a usar caligrafía moderna: es necesario ser el descubridor real de lo novedoso”. José de Almada Negreiros, conferencia O Desenho [Le Dessin], Madrid, 1927 Al comienzo del siglo XX, la vieja Europa se mudó bajo los soplos de una generación sedienta por lo novedoso. En Portugal, el primer terremoto tuvo lugar en el año 1910 - no fue tectónico como aquel del año 1755, sino político. El 5 de octubre de 1910, el partido republicano destronó a la monarquía constitucional: el día anterior, el 4 de octubre, obtuvieron la mayoría de los asientos en Lisboa, y el resultado electoral estuvo acompañado por un levantamiento popular. El 5 de octubre, la República fue proclamada. Estos eventos abrieron un período de cambios radicales, acelerados y calentados: ¡Portugal tenía no menos que 45 gobiernos, 8 presidentes de la república, 7 legislaturas, y 5 disoluciones de Parlamento entre 1910 y 1925! Futurismo, la urgencia de un nuevo comienzo Nacido en 1893, José de Almada Negreiros tenía 17 años de edad en 1910: fue en esta atmósfera que pasó su juventud. Una gran figura del modernismo europeo, siempre ha reclamado por el futurismo, pero él no es muy conocido fuera de Portugal. Siendo autodidacta, exhibía sus dibujos y caricaturas por primera vez en 1913. Es parte de la generación más joven de la modernidad, quien, a lo largo de Europa, en la víspera de la Primera Guerra Mundial, desea dejar las esposas y romper los cerrojos de aquellas sociedades europeas debilitadas en haras de otra era. Las innovaciones tecnológicas se aceleran, sin embargo la moral y la sociedad toman mucho más tiempo en seguir como ejemplo. En respuesta a estas inactividades, los modernistas están fascinados por el mundo del progreso, velocidad y nuevas tecnologías. Para la juventud idealista de la cual Almada Negreiros es una parte, todo parece posible. Con una energía emblemática de la efervesencia de Europa de esa época, él está engolfado en la brecha. La lista de talentos de este toque de genio da vértigo: ilustrador, pintor, escritor y poeta, escenografista y coreógrafo, ceramista y tallador, fundador y editor de revistas, pero también, en sus ratos libres o para trabajar por comida, bailarín y obrero, o actor y director. Irreverencia como carta de presentación Similar a Dada, otro movimiento relacionado al Futurismo, Almada Negreiros no duda de usar el humor como una arma retórica. Esto se evidencia por su Manifesto Anti-Dantas, publicado en el año 1915. Júlio Dantas, un prolífico escritor mayormente conocido como un dramaturgo, sino también un cirujano y ensayista, tuvo el mal gusto de criticar la revista modernista Orpheu. Almada Negreiros lo atacó, así como también al entendido academista quien ahorcó, de acuerdo con él, la vida artística portuguesa, en un manifiesto el cual recitó parándose en una mesa en el café Martinho do Rossio. Las primeras líneas del manifesto establecieron el tono: « BASTA POUM BASTA! ¡Una generación que consiente ser representada por un Dantas es una generación que nunca ha sido! ¡Es una reunión de lo pobre, de lo indigno y ciego! ¡Una horda de charlatanes y de los vendidos, los cuales valen menos que cero! ¡El Dantas nació para comprobar que no es porque uno pueda escribir, uno sabe cómo escribir! ¡El Dantas sabe la gramática, sabe la sintáxis, sabe medicina, sabe cómo preparar la cena para ls cardenales, sabe todo salvo escribir pero es lo único que hace! " El mismo tono provocador, difícil de ubicar entre en el engaño y arrogancia, se encuentra en su “Ultimátum Futurista”: “No soy parte de ninguna generación revolucionaria. Soy parte de una generación constructiva. Tengo veintitres, veintitres años de salud e inteligencia. Soy el resultado consciente de mi propia experiencia. Como portugués, me creo en el derecho de demandar un país que me merezca.” Así que, ¿dolor de cabeza insoportable o un genio visionario y provocador? Estas prominencias divertidas posteriormente lo destronarían cuando, bajo el régimen de Salazar, sobrevive gracias a las órdenes del gobierno. Pero, el último no siempre encuentra el humor del artista a su gusto, y no está lejos de haber destruído sus pinturas frescas de azulejos para el terminal marítimo de Rocha do Conde d'Óbidos... Serían reparados gracias a la intervención de João Couto, director del Museo de Arte Antiguo. ¡Más rápido! ¡Más rápido! Almada Negreiros no retrasa el siglo, en la postura del artista introspectivo: se tira de cabeza dentro de este mundo de modernidad, intentando a todo costo acelerar la marcha y mover Portugal, tal como el ardor de sus veinte años, pareciéndole desesperadamente lento. Sus ojos no son sus ojos, dice, sino los ojos del siglo, a tono con el ritmo desaliñado de este siglo XX, el cual todavía es muy nuevo en esa época y cuyos vanguardistas, con su típico optimismo, todavía ven como lleno de promesas. Para Almada Negreiros, la misión del artista es producir modernidad, hacerla realidad. Los medios de esta transformación es el espectáculo, concebido como una total obra de arte, la cual satura los sentidos, especialmente la vista, y que gusta al público. No es asunto de hablar estrictamente de un sostén o un arte político: la ambición de Almada Negreiros es más bien instalar la modernidad en el espacio público. Estar allí, ocupar la antena, y provocar una reacción: el artista publica ensayos, manifiestos y cartas abiertas, especialmente durante los primeros años del régimen de Salazar. La fiebre de proyectos colaboradores Almada Negreiros nunca está tranquilo cuando se espera que tenga el alma de un hombre para todo. Si no es posible montar un espectáculo, allí inmediatamente, sin retenerse, crea una linterna mágica: el modelo, un espectátulo en miniatura, brillante y cambiante, permite amenizar la visión a falta de medios, pendiente de la continuación y desarrollo de una idea. El adaptarse como un camaleón le permite multiplicar experimentos y colaboraciones: él está en su elemento cuando intercambia con otros artistas en una atmósfera de emulación mutua. Almada Negreiros floreció en proyectos colectivos. De ese modo, la revista Orpheu que fundó con Fernando Pessoa, la revista Portugal Futurista, y los numerosos proyectos en escena, ballets, óperas, y obras teatrales. Todas no tendrían éxito, pero Almada Negreiros ocupa de forma alterna todas las posiciones: escenografista y compositor, dramaturgo y coreógrafo, decorador y bailarín, nunca está satisfecho con él mismo en el medio de una hermandad jovial de artistas. De tal manera que se hizo amigo de Sonia Delaunay, con quien intercambiaba una exhuberante y abastecida correspondencia. Estas colaboraciones también le permitieron no elegir inmediatamente entre una carrera artística y una carrera literaria: por un largo tiempo, escribe tanto como escribe y pinta. ¿Dónde ver las obras de Almada Negreiros en Lisboa? En la Fundación Calouste Gulbenkian La Fundación Gulbenkian tiene una rica colección de obras por Almada Negreiros en su colección moderna. Está, por cierto, su pintura al fresco "Começar" (1969) que da la bienvenida a los visitantes al Museo Gulbenkian. Hasta el 5 de junio de 2017, no se pierda la exhibición “José de Almada Negreiros, una forma de ser moderno”. Más acerca de la exhibición – Fundación Calouste Gulbenkian La exhibición José de Almada Negreiros: una forma de ser moderno se lleva a cabo en la fundación Calouste Gulbenkian hasta el 5 de junio de 2017. Presenta una multitud sin precedentes de bosquejos y documentos previamente no emitidos que pueden trazar la prolífica carrera del artista. Fundación Calouste Gulbenkian – Av. de Berna, 45A, Lisbon – Metro Praça de Espanha ou São Sebastião En los puertos terminales de Alcântara y Rocha do Conde de Óbidos También le debemos al artista las pinturas al fresco de azulejos de los puertos terminales de Alcântara y Rocha do Conde de Óbidos. Para llegar allí: estación de Alcântara Mar, o autobús 712, parada Doca de Alcântara. En el bar Four Seasons Almada Negreiros Por último, los invitados pueden sentarse en el lounge bar del Hotel Four Seasons para tomarse una bebida y admirar las abundantes tapicerías de Almada Negreiros. Salon-Bar Almada Negreiros – Four Seasons Hotel Ritz Lisbonne – Rua Rodrigo da Fonseca, 88, Lisbon 1099-039
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